"El cuento ha cambiado, el zapato no se ha encontrado. Caperucita se come al lobo, el principe se vuelve sapo, la princesa tiene estrias, hay que cenar con la madrastra en nochevieja, el hada madrina se jubiló y los enanos trabajan en el circo."

domingo, 3 de junio de 2012

Traicion


No sé si exista peor castigo para alguien que confía, que la traición. Los seres humanos suelen esperar resultados conforme a lo que desean, pero cuando esto no se da, los esquemas se descuadran. Lo que se creía cierto en algún momento, deja de serlo. Las imágenes que llegamos a formarnos de los que en su tiempo consideramos fieles, son espejismos de nuestros propios ideales y, el que deposita su fe en simples reflejos, termina por descubrir que sus verdades no pertenecen a este mundo. Quisiera engañarme una vez más, creer que existe alguien en quien pueda confiar. Hoy no creo lograrlo. Cuando se construye un castillo de arena, su derrumbe no es doloroso para su creador porque éste siempre supo que ése sería su fin, pero cuando edificas una torre, minuto a minuto, piedra sobre piedra y esperando que sea eterna; verla caer es como si tú cayeras con ella. Su falla es tu falla ¡tú te equivocaste! Soñaste con tener una gran construcción pero la base fue mala y eso produjo la desilusión. Tal vez nunca debiste emocionarte al verla crecer, quizá fue esa sin razón la que terminó conduciéndote a la decepción, ¿quién lo sabe? Lo cierto es que es, y será culpa nuestra. El ser humano es la única cosa imperfecta en el universo, por eso confiamos, por eso fallamos. Años atrás pensaba que la mentira era el peor defecto del hombre. Acabo de descubrir que no lo es. Se puede mentir para no herir a la persona que quieres, se puede mentir para salvar vidas y para hacer muchas otras bondades. Entonces, lo malo que guarda la mentira, es compensado y pronto llega a ser olvidado. Hoy, al sentirme traicionada, pude comprender que no se traiciona para hacerle bien a alguien, no se finge para uno mismo. Ningún guerrero se pasa al bando contrario en medio de la batalla para luego regresar y obviar lo que el enemigo pretende ocultar. Para la traición no existe justificación, es por esta razón que no debería tener perdón. No sé si vuelva a confiar en alguien, no lo sé, soy sólo huesos y carne, soy sólo carne y huesos. Aún debo recordar que si mortal soy, puedo traicionarme a mí mismo, entonces, mi alma estaría al borde de un abismo, sin oración para su perdón, sólo habría muerte y desolación. Quizá sea lo mejor, aún no lo quiero saber.

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